¿Alguna vez llegó a tu mente una idea tan genial que te haya dado cosquillas en las manos por hacerla realidad ya mismo? ¿Que te emocionó tanto que hayas sentido que tenías que dejar lo que estabas haciendo en ese momento para concretarla ya mismo? Pero a los cinco minutos, invade tu mente una nube gris y una voz a lo lejos te empieza a hacer preguntas: “mm estás segura de que va a funcionar? ¿A quién le va a gustar? ¿Quién lo va a comprar?” y al escucharla, agachaste la cabeza y te diste cuenta de que quizá no era tan genial, de que probablemente otro ya lo había creado y seguramente, le haya salido mejor que a vos. Oh, oh, oh escribo estas palabras y me da hasta escalofríos de sentir el helado paso del miedo tan de cerca. Lamento informarte que esa voz del más allá, era tu propio miedo asustado por verte tan cerca de la creatividad.

Es una situación común para nosotras, que pensamos, creamos y gestamos a través de labores. Lo bueno de esto, es que tengo algo muy lindo para compartirte si alguna vez sentiste algo así:

“Ser valiente es atreverse a enfrentar algo que da miedo” dice Elizabeth Gilbert en su libro “Libera tu magia”

y cuánta razón tiene, no? Cuando leí su libro, pude entender desde otro lugar esas limitaciones o barreras que mi mente me pone muchas veces. Voy a traer mucho a la autora en este post porque la verdad que su forma de verlo me pareció digna de compartir con vos, quien sabe, te pueda ser de ayuda en algún momento, y de paso, ¡te animo a leer su libro que es súper recomendable!

Para hablar del miedo, vamos por partes:

Qué es el miedo?

El miedo es necesario por razones de supervivencia básica, pero está completamente de más en nuestro pensamiento creativo.  Es un instinto muy antiguo, y vital desde el punto de vista evolutivo, pero no es especialmente inteligente.

Al parecer, lo que lo hace aparecer y saltar vorazmente sobre nuestras ideas, es la creatividad, porque ella se maneja de forma impredecible, y esto, al miedo lo aterra. El factor sorpresa no es de su agrado, por eso la ve como un enemigo y cree que su trabajo es defendernos de ella.

Tipos de miedo:

Ken Robinson, (mi otro gran gurú en los temas de creatividad) habla de esto en su libro “El elemento”, dice que existen 3 tipos de miedos: Personal, Social, Cultural, es probable que nos enfrentemos a uno o más de los tres niveles de restricción mientras estamos creando.

Miedos personales: Son los miedos o barreras que nos pone nuestro propio cerebro, es lidiar con nosotras mismas. Algunos ejemplos:

• Miedo al fracaso
• A no ser lo suficientemente bueno en eso
• A que descubran lo que realmente estoy buscando
• A ser desaprobado
• A la pobreza
• A lo desconocido

Miedos Sociales: Son los miedos que tiene nuestro entorno y nos perjudica para avanzar. Algunos ejemplos:

• No recibir el apoyo, estimulo de las personas más importantes para nosotros
• Que esas personas no estén de acuerdo con lo que queremos e intenten “sabotearlo”. La mayoría de las veces, esto se hace sin maldad. Más bien todo lo contrario, estas personas piensan asi es como se debe cuidar al otro, ellos piensan que saben qué es lo mejor para nosotros y utilizan estas tácticas para “guiarnos”.
• Falta de estímulo o confianza de nuestro entorno hacia nosotros
• Las personas de las que nos rodeamos la necesidad del ser humano de “pertenecer” a un grupo, a veces puede limitar uestro desarrollo. Haciendo las cosas como los demás dicen que son.

Miedos culturales: Son barreras que nos impone el lugar o región donde hemos nacido o vivimos. Algunos ejemplos:

• Códigos de convivencia
• Costumbres
• Cultura
• Educación

Cómo manejar el miedo?

Para que el miedo no nos domine, antes que nada, debemos ser muy valientes (hagamos caso a lo que dice Elizabeth). Confiar fervientemente en nosotras mismas y en las ideas e intentar defenderlas de nubes y voces que nos quieran confundir. Esa convicción nos dará la valentía para no escucharlo.

La autora, propone no hacerle la guerra al miedo. Sino más bien todo lo contrario, darle espacio, dejarlo ser, que se ponga cómodo y recibirlo de buena forma. Al parecer, es muy compañero de la creatividad y a donde ella va, inevitablemente el miedo aparecerá. Por eso, podemos pensar que cuanta menos lucha le demos, menos nos atacará.

Elizabeth tiene preparado hasta un discurso de bienvenida para cuando él decide aparecer que me pareció muy simpático y una gran forma de tomarlo, en vez de sentirnos frustradas, enojarnos y terminar haciendo lo que él quiere que hagamos, recitemos estas palabras y dejémoslo aparecer:

“Creatividad y yo estamos a punto de emprender un viaje juntas. Entiendo que nos vas a acompañar porque siempre lo haces. Reconozco que crees que tienes una misión importante en mi vida y que te tomas tu trabajo muy en serio. Al parecer, tu trabajo consiste en provocarme el mayor pánico posible cada vez que me dispongo a hacer algo interesante y, permíteme que te lo diga, lo haces de maravilla. Pero en este viaje, yo también tengo la misión de hacer mi trabajo, que es emplearme a fondo y no perder de vista mi objetivo. También creatividad hará lo suyo, que es seguir siendo estimulante e inspiradora. En el auto hay lugar de sobra para los tres, así que adelante, ponete cómodo pero que te quede clara una cosa: creatividad y yo somos las únicas que tomarán decisiones. Admito y respeto que eres parte de esta familia, así que no te excluiré de ninguna actividad, pero, aun así, tus sugerencias nunca serán escuchadas. Tienes sitio, tienes voz, pero no tienes voto. No puedes tocar los mapas de las rutas, no se te permite subir ni bajar la calefacción. Pero, sobre todo, mi viejo y querido amigo, tienes absolutamente prohibido conducir”

Decime si esto no es maravilloso. Lo vuelvo a leer y digo sí! Alguien lo tenía que decir y se dijo! Me las apropio y las hago parte de mi discurso también. En esta labor, donde la creatividad está presente todo el tiempo, es muy necesario aprender a manipular a su “amiguito”, y me parece un gran punto de partida esta forma de verlo.

En vez de demonizarlo, enojarnos o intentar luchar contra él. Esta opción habla de una mirada más positiva, de aceptarlo. De saber que está y que estará, porque es natural y no es nuestra culpa. El miedo no nos define, no es nuestro y no somos eso. Me resulta liberador entenderlo de esta forma. A vos qué te parece este tema? Sentís que el miedo se apodera de tus ideas muy seguido? Tenés algún truco para despistarlo?

Espero que estés muy bien, te mando un abrazo y espero tus comentarios!

Flor